Después de un tiempo sin publicar por compromisos profesionales regreso con mis críticas a la televisión local. Ahora publicaré los martes y jueves, sí, martes y jueves; los dos días es que este diario sale impreso. Igual podrán leerme online en nuestra web www.diaadia.com.pa
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Es evidente que este año la televisión se está moviendo. Quería que mi regreso fuese explicándoles el porqué de mi ausencia estos meses, pero los movimientos de la televisión con algunas de las producciones nacionales estrenadas en el "prime time" y el montón de contenido sobre política me lo impiden como crítico, además, honestamente me resulta más importante que explicarles mi ausencia, publicar mi crítica al contenido televisivo local, como siempre lo hice. Le reitero, esta es una columna de crítica sobre televisión y así seguirá siendo.
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¡Vergüenza! Eso es lo que siento cuando analizo periodísticamente las seudo biografías de todos los candidatos a la presidencia del país que han presentado los canales de televisión en las últimas semanas.
Sí, vergüenza porque lo que nos han pautado son espantosos espacios de relaciones públicas disfrazados de "biografías" de los candidatos. Cero trabajo de periodismo a profundidad. Cero revelaciones. Cero sorpresas. Cero periodismo duro.
Lo que hemos visto es tiempo aire para vendernos a los siete candidatos como santos, como impolutos, como inmaculados, mínimo beatos y lo siento, pero los santos no orinan. ¡Y los siete que nos han presentado sí orinan!
Es imperdonable lo que nos han ofrecido las televisoras como perfiles de quienes aspiran a dirigir este país, inclusive, es hasta manipuladora la forma como nos han intentado vender a los candidatos porque periodísticamente han sido desbalanceados. Son casi publireportajes...pero gratuitos.
Pero es más imperdonable aún que estos espacios hayan estado bajo el paraguas de los servicios informativos en una época en que la credibilidad no se puede poner en juego: elecciones presidenciales. Época en que el poderío de los noticiarios está en la credibilidad de sus contenidos que se gana haciendo periodismo de verdad y esto no se le puede endosar a nadie. Bastante horrores de este tipo ya han cometido. ¿Se les olvida?
Con la excusa muy burda por cierto- de presentarnos al ser humano detrás del político, ninguna de las seudo biografías ha contado con testimonios que refuten mínimamente algo de las auto alabanzas de los candidatos, de sus familiares o amigos. ¡Hasta en Wikipedia que es la peor fuente que puede existir para quien se llame periodista de verdad hay más información! ¿O es que ninguno de los 7 candidatos tiene cuestionamientos?
Si ese fuese el caso partamos de algo muy simple. Una biografía, sea impresa o televisiva, tiene características que no son negociables como lo es la investigación, antecedentes, la novedad, entre otras cosas. Dígame usted que me lee ¿Qué tiene de investigación ir a donde un candidato y preguntarle por sus planes de gobierno o pedirle que se defina como persona? ¿Qué de investigativo tiene hablar con la madre, la esposa, los hijos, los amigos, copartidarios o sus vicepresidentes si en plena campaña nos los encontramos hasta en historiales de Instagram? ¿Qué van a decir? ¿Los defectos del candidato? ¡No! ¿Los desaciertos políticos y personales? ¡No! ¿De lo que se les acusa si ese fuese el caso? ¡Menos! ¿Qué de novedoso ha visto en las seudo biografías o mal llamados perfiles que hemos visto de los candidatos? ¡Nada! ¿Qué de biográfico tienen? ¡Nada!
Uno las analiza sin pasiones, ni con el hígado ni con el corazón, y más parecen "biografías autorizadas" que tienen como características el "visto bueno" del personaje y, espero, este no sea el caso porque estaríamos ante una vulgar publicidad política gratuita y obviamente, un engaño a las audiencias.
Es tan poco periodístico lo que hemos visto y que han mal llamado como biografías o perfiles que están saturados de juicio de valor y opinión hasta en los promocionales, cuando en una biografía periodística esto es lo primero que está prohibido.
No conforme con ese mamotreto llamado perfiles o biografías, nos saturan en las mismas pantallas- con un montón de segmentos con la misma línea: dizque conocer más al candidato que son otros espacios de ego entre presentadores y candidatos.
Lo lamento, pero eso, tampoco es una biografía y siguen siendo espacios de relaciones públicas para que precisamente los candidatos se vendan, se promocionen, se mercadeen como ellos y sus estrategas políticos y publicitarios lo consideren casi canonizados por periodistas y noticiarios televisivos. Mientras orinen, no son santos, no lo son y eso periodismo tampoco eso. ¡Ojo! ¡San Alejo, aléjalos!
Es imperdonable lo que nos han ofrecido las televisoras como perfiles de quienes aspiran a dirigir este país, inclusive, es hasta manipuladora...